Abi, una mamá sola que la pelea día a día, busca desesperada un nuevo hogar para Tato, su gato de 2 años y medio que quedó paralizado tras un accidente. Este michi necesita cuidados full time, pero entre ferias, uñas y limpiezas non-stop, Abi no da más. En una Patagonia donde el viento te despeina el alma, Tato espera su segunda chance. ¿Alguien le dará el amor que merece?
Todo empezó a media cuadra de casa. Tato, el gato mimoso de Abi, salió y volvió en pedazos: fractura en la columna, patas traseras que se mueven pero no caminan. Con un andador se las arregla, pero sus necesidades son un caos: se hace encima por rebalse, sin control. Abi lo cuenta con el corazón en la mano: “Es como mi bebé, pero no puedo darle la vida que merece”. Veterinario cada 15 días, mimos constantes y un piso que limpia seis veces al día. ¿Sahumerios? Cuatro por jornada para tapar el olor.
Abi ama a Tato, pero la realidad la está quebrando. Mamá sola, labura en ferias, hace uñas en casa y mantiene el hogar como puede. “Necesita alguien que esté 24/7”, dice. En Trelew, donde la vida ya es un meme de viento y deudas, cuidar a un gato con discapacidad es como querer correr un maratón con el viento zonda en contra.
No es un caso único. En Chubut, la sobrepoblación animal es un drama: unas 110.000 mascotas callejeras en Comodoro, y las castraciones no dan abasto. En Trelew, las protectoras están al límite, y casos como el de Tato se multiplican.
Gato accidentado Trelew: El peso en Abi
Hablemos claro: Abi no es la mala de la peli. Es una mamá sola que se rompe el lomo en ferias y con uñas para bancar su casa. “Me salen laburos 2×3, pero mantener la higiene con Tato es imposible”, confiesa. Su rutina es un loop de limpiar, trabajar y tratar de no colapsar. Tato, sano pero dependiente, necesita un hogar con tiempo y paciencia, algo que Abi no puede estirar más.
El contexto es bravo. En Chubut, el abandono animal es un problemón. Un informe de la Fundación Affinity dice que en 2023 se recogieron 286.000 perros y gatos en Argentina. En Trelew, las ordenanzas contra el maltrato suben multas, pero no alcanzan. Un caso reciente en Esquel, con 55 animales rescatados de un criadero, muestra que la cosa está lejos de resolverse.