Un hecho que sacude al sistema penitenciario se conoció en las últimas horas en Chubut. Máximo Alejandro Abraham, un interno de 29 años que se encontraba alojado en la Unidad Penitenciaria N.º 6 de Rawson, fue hallado sin vida luego de quitarse la vida dentro del establecimiento. El joven había sido trasladado a esa cárcel de máxima seguridad debido a su comportamiento violento y “difícil de controlar” en otros penales.
Abraham cumplía condena por un crimen que conmocionó a Tucumán en febrero de 2018. Aquel día, en el Parque 9 de Julio, asesinó a los policías Sergio Páez González, de 44 años, y Cristian Peralta, de 37, quienes habían acudido al lugar tras un llamado de emergencia. El ataque dejó una fuerte marca en la sociedad tucumana, no solo por la violencia del hecho, sino también porque las víctimas eran padres de familia.
El nombre de Abraham también estuvo vinculado a un entorno criminal de peso en Tucumán. Era nieto de Irma Abraham, conocida como “la madama tucumana”, figura señalada como una de las líderes históricas de redes de explotación sexual. Se decía que el joven había heredado parte de ese oscuro legado familiar, lo que lo convirtió en un preso de alta peligrosidad.
Con apenas 29 años, Abraham dejaba además nueve hijos, lo que añade una dimensión trágica a la historia. Su suicidio en la cárcel de Rawson reabre el debate sobre la seguridad en las prisiones, el control de internos de alto riesgo y el acompañamiento psicológico de los condenados.
El hecho generó conmoción no solo en la capital chubutense, sino también en Tucumán, donde aún persiste el recuerdo de los policías asesinados en 2018. Mientras tanto, se esperan los informes oficiales para esclarecer las circunstancias en que se produjo su muerte y determinar si existieron fallas en los protocolos penitenciarios.